REIKI: El Buda de barro

El Buda de barro



La historia del Buda de oro: un secreto guardado por los monjes

En Bangkok se encuentra el Templo de Wat Traimit, también llamado Templo del Buda de Oro. Allí descansa el buda de oro macizo más grande del mundo que mide 3 metros de alto y pesa 5,5 toneladas. 


Al lado del buda, dentro de una vitrina, se encuentra un trozo de arcilla y una carta que cuenta la historia…


En el siglo XIII, los monjes que custodiaban la imagen de oro macizo la taparon con una gruesa capa de arcilla para protegerla de los pueblos invasores. El secreto se guardó con tanto ahínco que se perdió y tiempo después ya nadie recordaba la verdadera valía de este buda tan especial.

Durante generaciones había sido considerada sagrada por los habitantes del lugar. Un día en el año 1955, debido al crecimiento de la ciudad, decidieron trasladarla a un sitio más apropiado. Esta delicada tarea le fue encomendada a un reconocido monje, quien, después de planificar detenidamente, comenzó su misión. Se inició el traslado de la imagen del Buda y el gran tamaño de la escultura y las lluvias al mover la estatua, hicieron que se deslizara y cayera, agrietándose en varias partes.

Compungidos, el monje y su equipo decidieron pasar la noche meditando sobre las alternativas.

Fueron unas horas largas, oscuras y lluviosas. El monje, en vez de desesperarse, se enfocó en encontrar una salida. De repente, al observar la escultura resquebrajada, cayó en cuenta que la luz de su vela se reflejaba a través de las grietas de la estatua. Pensó que eran las gotas de lluvia. Se acercó a la grieta y observó que detrás del barro había algo, pero no estaba seguro qué. Lo consultó con sus compañeros y decidió tomar un riesgo que parecía una locura.

Pidió un martillo y comenzó a romper el barro, descubriendo que debajo se escondía un Buda de oro sólido. Durante siglos este hermoso tesoro había sido cubierto por el ordinario barro.

Los historiadores hallaron pruebas que demostraban que, en una época, el pueblo iba a ser atacado por bandidos.

Los pobladores, para proteger su tesoro, lo cubrieron con barro para que pareciera común y ordinario.


El pueblo fue atacado y saqueado, pero el Buda fue ignorado por los bandidos. Después, los sobrevivientes pensaron que era mejor seguir ocultándolo detrás del barro. Con el tiempo, la gente comenzó a pensar que el Buda de Oro era una leyenda o un invento de los viejos. Hasta que, finalmente, todos olvidaron el verdadero tesoro porque pensaron que algo tan hermoso no podía ser cierto.



Ahora nos toca pensar:
  • ¿Tenemos barro en la superficie?
  • ¿Se puede limpiar?



Ya me conocéis, veo el vaso medio lleno y estoy segura de algo importante:

¡Dentro de nosotros está la gran joya!
¡Atrévete a descubrirla!



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