REIKI: El violinista. Tenemos un violín: conocimiento, habilidades y aptitudes. Y tenemos libertad para tocar como nos plazca.

El violinista. Tenemos un violín: conocimiento, habilidades y aptitudes. Y tenemos libertad para tocar como nos plazca.

EL VIOLINISTA


Ocurrió en París, en una calle céntrica aunque secundaria. 

El mendigo Lucas tocaba un viejo violín. Frente a él, sobre el suelo, estaba su boina boca arriba, con la esperanza de que los transeúntes se apiadaran de su condición y le arrojaran algunas monedas. Lucas trataba de sacar un melodía del violín, pero era imposible identificarla debido a los desafinado que estaba el instrumento y a la forma displicente y aburrida con que tocaba. 


Un famoso concertista, que junto con su esposa y unos amigos salían de un teatro cercano, pasó frente a él. Todos arrugaron la cara al oír aquellos sonidos tan discordantes y no pudieron por menos que sonreír y sentir algo de pena. Entonces la esposa pidió a su marido que tocara alguna melodía.

El concertista echó una mirada a las pocas monedas en el interior de la boina de Lucas y decidió hacer algo. Le pidió el violín y él se lo prestó con cierto resquemor. 

Lo primero que hizo el concertista fue afinar sus cuerdas y después, vigorosamente y con gran maestría, arrancó una melodía fascinante del viejo instrumento.

Los amigos comenzaron a aplaudir y la gente empezó a arremolinarse para ver el improvisado espectáculo. 

Al escuchar la música, los viandantes de la cercana calle principal acudieron también y pronto hubo una pequeña multitud escuchando arrobada el extraño concierto. 

La boina se llenó, no solamente de monedas, sino de mucho billetes, mientras el maestro tocaba una melodía tras otra, con alegría y peripecia. 

El mendigo se sentía feliz al ver lo que ocurría y no cesaba de dar saltos de contento y repetir orgulloso a todos:

- ¡Ese es mi violín!
- ¡Ese es mi violín! 

Lucas decía la verdad, era su violín. 

La vida nos da a todos un violín, que son nuestros conocimientos, habilidades y aptitudes. Y tenemos libertad para tocar ese violín como nos plazca. 

Hay quienes no perciben que deben prepararse, aprender, desarrollar habilidades y mejorar constantemente sus aptitudes si quieren dar un buen concierto. 

¡Tantas veces pretendemos "una boina llena de dinero", y lo que entregamos, consciente o inconscientemente, es una "discordante melodía" ... que ¡hasta hace daño a los oídos de quien la escucha!


Este cuento que curiosamente he podido leer hoy, me ha gustado porque se basa en una realidad que viví en una de las estaciones del Metro de Madrid. La chica tocaba con tanta tristeza y con tanta pena que su bolsa nunca se llenaba y al preguntarle por su vida, me contó que era muy triste y que quería conseguir dinero para salir de la situación que tenía.

Y lo que se me ocurrió decirle fue que cantara con ánimo y pasión, y así su bolsa se llenaría.

Hay muchos artistas en los pasillos que dan alegría y placer escucharles. Y, aún hoy, sonrió al recordarlos, porque me han hecho perder más de un tren y ganar minutos de felicidad. Su música me ha llenado. Un hombre que toca el acordeón se ha convertido en un amigo al que saludo y al que siempre le doy unas monedas.

Si ponemos pasión y alegría en lo que hacemos, eso deja huella. 

Yo escribo con una gran sonrisa al recordar a todas esas personas bellas que he encontrado en mi camino y que me han dejado un bonito recuerdo y que tan solo han formado parte de mi vida, apenas, unos minutos.

Mejorar en nuestro camino diario, disfrutando con lo que hacemos, sigue siendo mi lema.

Y hoy con este cuento, agradezco a todas esas personas buenas y generosas que van dando algo de sí a los demás, porque lo hacen de corazón y eso se nota:

¡GRACIAS!
  ¡GRACIAS!
     ¡GRACIAS! 


¡Sigue disfrutando y mejorando!

No hay comentarios :

Publicar un comentario

Cuida tu lenguaje. Es importante como comunicamos lo que queremos decir.

Gracias por tu amor y comprensión.