REIKI: septiembre 2017

Ser más sabio



  • No hay que confundir nunca el conocimiento con la sabiduría. El primero nos sirve para ganarnos la vida; la sabiduría nos ayuda a vivir.
  • No basta saber, se debe también aplicar. No es suficiente querer, se debe también hacer.
  • Lo que sabemos es una gota de agua; lo que ignoramos es el océano.
  • Vale más saber alguna cosa de todo, que saberlo todo de una sola cosa.
  • Un viaje de mil millas comienza con un pequeño paso.
  • No retengas aquello que se va, ni rechaces aquello que está por venir.
  • Es mejor ser persona un día, que sombra toda una vida.
  • No temas ir despacio, solo teme no avanzar.
  • Si no plantamos el árbol de la sabiduría cuando jóvenes, no podrá prestarnos su sombra en la vejez.




Beneficios de un abrazo

Un día regalando abrazos en la Plaza Mayor

La vida te va dando personas y acontecimientos que llenan tu día a día.

El primer domingo de septiembre hemos tenido un encuentro en la plaza Mayor de Madrid diversas personas con un afán común, darnos a los demás en un abrazo de amor a todos los transeúntes que pasaban por la plaza Mayor de Madrid.



Me llegó un correo en el que me dicen  si quiero dar abrazos en Madrid a las personas que estén dispuestos a recibir amor y como siempre, sin saber si podría, me presentó al evento a disfrutar de lo que suceda y curiosamente llego a la hora pactada y conozco a un grupo de personas "Gente positiva Madrid" que se le ocurre proponer dar abrazos a desconocidos en pleno centro de Madrid.

La experiencia ha sido muy gratificante e interesante. Ofreces un abrazo a desconocidos que están pasando por la plaza y curiosamente les parece divertido y nos fundimos en un abrazo. Algunos de ellos nos llegaron a preguntar cómo surgió la idea brillante de poder dar y recibir a gente desconocida... Les contamos con brevedad como unos compañeros pensaron en dar abrazos y lo llevaron adelante gracias a la aportación de un montón de voluntarios que creímos que podría ser una oportunidad de darnos a los demás.

La tarde transcurrió con una temperatura ideal, un gran sol y una luz especial que cubría la plaza y llenaba de alegría a los turistas que paseaban. 

Nos colgamos carteles que ofrecían abrazos gratuitos y cada uno con su frase especial o elaborada se desplazaba con compañeros a dar abrazos por los callejones y por el centro. Era curiosos como personas que no conocían el castellano pudieron entender lo que ofrecíamos y lo divertido era ver las caras, sencillamente darnos un abrazo sin más. Por mi parte, el comienzo fue curioso sin saber como la gente podía reaccionar ante algo gratis, desinteresado y fue un hallazgo descubrir como mi energía vital iba subiendo ante tantas personas que estaban dispuestas a compartir.



La tarde fue avanzando y este grupo tuvo otras actividades.

Después hicimos un pasillo de caricias.

¿Has jugado de pequeñ@ al patio de mi casa o algo similar?

Consistía en hacer un pasillo en el que los voluntarios nos poníamos unos frente a otros y la gente paseaba por el centro recibiendo caricias. Cuando pasaban les tocábamos la cabeza, la espalda, los hombros, las manos y los que transcurrían por el pasillo se dejaban fluir. Cada uno daba lo que podía, en mi caso dí toda la energía que pude a todo el que quiso transitar el pasillo y cada uno de nosotros dio lo mejor que pudo en una caricia, paz, ternura y todo el amor posible.

Al salir del pasillo las personas salían transformadas, su cara era un poema salían felices, aliviados, sencillamente más ligeros. Algunos de ellos les costaba avanzar, era tan gratificante saborear esos momentos que el paso era corto y lento.

Fue llegando gente de toda la plaza, curiosos y gente que por algún motivo tenían que estar allí y descubrir lo que significa recibir amor de unas personas que están dispuestas a dar lo mejor que tienen de una manera desinteresada en un primer domingo de septiembre.

Pasaron todos y llegó mi turno de entrar en el pasillo... Yo iba a dar toda la energía que pudiera fluir por mí, soy canal y quería dar todo mi amor a todos lo que pasaran y ahora tenía la oportunidad de recibir, era mi turno y durante unos instantes dude y rápidamente pensé..

- Pues claro, también estoy aquí para recibir, todos damos y recibimos. Cada uno de nosotros ofrecemos lo mejor de nosotros y tenemos y debemos darnos la oportunidad de disfrutar con los acontecimientos que se nos ofrecen en nuestro camino.



La experiencia la recordaré durante mucho tiempo. Cuando recibo energía en una sesión de Reiki, es un placer increíble, recibes de una persona que es un canal. Y en este caso eramos muchos, 25 o 50 personas que daban amor. Al salir del pasillo me sentí especial, cargada feliz y llena de paz.

Continuamos la tarde y Ana, una persona especial realizó una meditación por la paz.

Nos hablaba, apenas la escuchábamos por el jaleo de la plaza  y fue curioso como su mensaje iba penetrando en nuestro interior y como los transeúntes que se unieron fueron percibiendo su bienestar. Tuve la oportunidad de conocer a una argentina que quiso disfrutar de la meditación y me comunicó su bienestar por conocer a un grupo tan interesante. Hablamos durante largo rato y fue un placer compartir con ella conocimientos, actividades y ¿por qué no?  un futuro reencuentro.

Una tarde especial en un sitio increíble de Madrid. Cuando vuelva a pasear por la plaza Mayor de Madrid, será diferente y especial al recordar este evento tan interesante y especial. 




Esta tarde me ha dado una nueva expectativa a mi vida y una manera diferente de enfocar como dar a los demás. Llevo tiempo dando vueltas a cambiar mi manera de dar a los demás a través de las terapias y ellos me han dado una oportunidad de ofrecer todo lo que conozco a un mayor número de personas, mi gratitud como siempre a todo lo que me sucede y a todas las personas que conocí ese domingo. Sigo descubriendo que somos muchos los que damos a los demás. 

Es un placer seguir conociendo a personas buenas en este planeta. Estoy entusiasmada porque sigo viendo la oportunidad de seguir mejorando día a día este Madrid y este planeta.

Gracias a todos los que seguís compartiendo. Es un placer recorrer este camino descubriendo a gente tan interesante y positiva.


Lo que nos aporta un abrazo


Seguramente has oído hablar de la oxitocina, una hormona asociada a muchos de nuestros gestos de cariño, como los abrazos. Su fama es bien merecida. Se trata de un hallazgo científico muy valioso, que corrobora algo que todos hemos sabido desde siempre: los abrazos confortan, sanan y hacen la vida más feliz.
Hace unas décadas se descubrió que cuando las mujeres dan a luz segregan fuertes cantidades de oxitocina. Esta hormona atenúa el dolor del parto y, en cambio, facilita que aparezca un sentimiento intenso de afecto por el recién nacido. Se traduce en deseos de abrazar, de dar besos, de acariciar.
Lo mejor vino después. Con diferentes experimentos que se realizaron en todo el mundo, pudo comprobarse que eran muchas más las situaciones que activaban la producción de esta hormona. 
Se descubrió, por ejemplo, que un abrazo de 5 segundos la estimula; pero uno de 20 segundos la activa y equivale a un mes de terapia. Maravilloso, ¿cierto? Pero la cosa no para ahí. Los besos que son percibidos como una manifestación de amor, también liberan oxitocina.

¿Cómo activar la hormona de los abrazos?
La oxitocina es una hormona que se activa fundamentalmente a través del contacto físico. Se libera fácilmente a través de los abrazos y los besos, pero también responde a otros estímulos como una palabra afectuosa o incluso una simple palmadita en el hombro.
Todos tenemos en la piel unos receptores que se llaman corpúsculos de MeissnerEsos componentes nos permiten percibir la temperatura, la textura de las cosas, las caricias, los pellizcos, etc. Tan pronto como reciben el estímulo, envían una señal a tu corteza cerebral que interpreta de qué clase de estímulo se trata. Pues bien, tenemos más de estos corpúsculos en las manos y en los labios.
En un experimento llevado a cabo en la Universidad de California se monitoreó el funcionamiento del cerebro de un grupo de voluntarios a través de resonancias magnéticas funcionales. Así se pudo comprobar que un abrazo estimulaba notablemente la producción de oxitocina. En el grupo estudiado, dicho abrazo debía provenir de una persona por la que no se sintiera atracción sexual, ni enamoramiento. Este estudio también  probó que a más oxitocina, menos cortisol, que es la hormona del estrés.